Práctica solitaria: “Al Noble Monje Cheng“  

Por el Maestro Chan Zhongfeng Mingben

Traducido (al inglés) por Guo Jue

Zhongfeng Mingben (1262-1323) fue un eminente Maestro Chan del linaje Linji en la Dinastía Yuan. Fué un alumno del Maestro Chan Gaofeng Yoanmiao (1239-1295) quien se internó en la montañas cuando los mongoles conquistaron el país. Gaofeng fué el protagonista del famoso Gongan “¿Tienes control de ti mismo en un sueño sin ensoñación?”. Zhongfen asistió a su Maestro en las montañas durante varias décadas, viviendo en una rigurosa pobreza material y privaciones. Fué uno de los pocos que recibió la transmisión de Gaofeng. Más tarde, viajó mucho por todo el país. En ocasiones vivió en una barca durante meses. Donde quiera que residiera, lo llamó la morada ilusoria y se llamó a sí mismo “el morador de la morada ilusoria”.

Guo Jue es un alumno del Maestro Sheng Yen que vive en Maryland. Es un lector entusiasta de los clásicos del Budismo Chino, y el traductor de “Guía del Chan Sentado” por Changlu Zongze, que apareció en la edición del verano del 2002 del Chan Magazine. 

Los practicantes de la antigüedad a menudo se iban a vivir en soledad cuando todavía no habían despertado de sus propios asuntos (de nacimiento y muerte). Vivían en una choza de paja para trabajar sobre sí mismos y, al principio, no se involucraban en el mundo. Practicaban en todas la actividades diarias, ya fuera: Plantar arroz, trabajar en el campo, vistiendo ropa de paja, sobreviviendo con alimentos recogidos en el bosque, bebiendo de los riachuelos, cocinando con utensilios rotos, haciendo sus camas en los troncos vacíos, o haciendo fuego con trozos de madera. Algunos vivieron en soledad durante 20 o 30 años en las remotas montañas, sin tomar contacto alguno con el mundo externo. (Cuando interactuaban con aquellos que venían a aprender de ellos,) alguno mostró el cinturón de bambú que llevaba, alguno levantó su puño y alguno señaló con un dedo y alguno lanzó Huatous tales como, “El río es profundo y el mango de la cuchara es largo”. Manifestando todo tipo de acciones, sus estilos y disposiciones eran nobles e impresionantes, produciendo conmoción en los ojos y oídos (de aquellos que estuvieron en contacto con ellos). La luz de su esplendor brilló iluminando miles de años. Todas estas acciones ocurrieron sin un ápice de intención artificial o expectativa. 

Más tarde, la forma de vivir se volvió más decadente; las mentes humanas se volvieron más débiles. Practicar en solitud se convirtió en una forma para vivir en la ociosidad y la negligencia. Las personas hacían esto para evitar las restricciones y las reglas de un gran monasterio. Lo hacían para poder dormir e ir libremente donde o cuando querrían. Poco a poco se convirtieron en seguidores de un camino externo que buscaban sólo la libertad física. No solamente es inútil esta práctica para ayudarnos en el Camino, sino que es causa de que nos desviemos cada vez más abajo en la corriente (del deseo) hasta el punto de no retorno. Estas personas empezaban de manera inconsciente a comprometerse en todo tipo de prácticas erróneas y discriminatorias de asuntos mundanos, además de una vida de ocio y negligencia. Tales personas acababan sumidos en lo mundano.
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(Debemos comprender que) cuando Buda y los Maestros ancestrales establecieron un lugar de práctica, ya fuera este un lugar suficientemente grande para acomodar 10.000 personas o simplemente para una persona, la esencia y substancia era tener (la mente en) el Camino. Si tenemos claro el Camino, aunque vivamos entre 10.000 personas, no sentiremos el exceso de la multitud; si tuviéramos que vivir en soledad, no sentiríamos el deseo de compañía. A causa de la ausencia de tales sentimientos (de exceso o deseo), podemos llamar a vivir entre la multitud, vivir en soledad, y llamar a vivir en soledad, vivir entre la multitud. Si podemos asumir la actitud de vivir en soledad cuando estamos en la multitud, no nos molestará la presencia e interacción de la gente a nuestro alrededor; si podemos asumir la actitud de vivir entre la multitud, mientras vivimos en la soledad, no seremos engañados por la condición física penosa de no tener un techo y una choza sin luz. Viviendo en soledad de esta manera, pensamiento tras pensamiento estaremos en contacto con todos los humanos y todos los devas; en todos los lugares, encontraremos a los sabios y santos de antaño. Incluso sucesos ocurridos miles de años antes podrían ser sentidos como si estuvieran ocurriendo ante nuestros ojos. Así pues, estaría bien si uno es pobre, y estaría también bien si uno no es pobre; estaría bien si uno tuviera visitas, y estaría también bien si no tuviéramos visitas; estaría bien si uno se comprometiera en todo tipo de funciones y asuntos, y estaría también bien si uno no se comprometiera en nada en todo el día. Encontremos lo que encontremos, ya sea aflicción o alegría, situaciones favorables o desfavorables, hasta el punto de que innumerables condiciones se manifiesten ante nuestro ojos simultáneamente, todos los momentos son correctos para levantar nuestro puños y nuestros dedos. No se podría encontrar ningún morador de choza, y no habría ningún no-morador de choza que pudiera ser encontrado; no habrían sucesos dentro de la choza, y no habrían sucesos fuera de la choza. (En este punto,) la verdadera realidad lo impregnaría todo; cualquier pensamiento (ilusorio) habría desaparecido completamente; el sentimiento de estar en lo correcto o equivocado habría acabado, y la comprensión dualista de sujeto y objeto habría desaparecido. Entonces sabríamos que cuando la anciana quemó la choza, y cuando el viejo adepto garabateó la palabra “mente” en la puerta, estaban pintando un tono dorado sobre un trozo de oro, añadiendo luz al brillo del sol. Esta es la manera correcta de practicar en soledad en una choza.

Si no es este el caso, es inevitable que notemos externamente la presencia de una choza, engendrando sentimientos de oposición y expectativa, de ir y venir juntos;  provocando los constantes cambios de las vicisitudes emocionales de agarrarse, soltarse, agrado y aversión. ¡Pues bien! Esta condición es precisamente por lo que decimos que el asunto de nacimiento y muerte es grave y que la impermanencia golpea rápido y de manera inesperada. Debemos comprender que si procedemos a la práctica en soledad sin la mayor motivación esencial de resolver el asunto del nacimiento y la muerte, cuando el final de la vida llega, (el reino del) nacimiento y muerte será la choza en la que moramos, en medio de la ámplia luz del día. Uno será engullido por ella.

Siempre debemos contemplarlo de esta manera. No nos dejemos ahogar en el engaño durante las actividades del día y dejar de enfocar la mente en el Camino. 

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“ESTANQUE DE OTOÑO”

Caligrafía de Tasha Chuang


Artículo original: “Solitary Practice: ‘To the Noble Monk Cheng’”, publicado en la revista Chan Magazine en primavera de 2023:
https://chancenter.org/download/Chan-Magazine/ChanM-Spring-2023-web.pdf