La Esencia de la Práctica Chan

Maestro Chan Xuyun (Nube vacía)

En 2006 Shambala Publications publicó Alcanzando el Camino: Una guía para la práctica del Budismo Chan, un libro de enseñanzas sobre la práctica hacia la iluminación escrito por cuatro eminentes maestros Chan. El libro fue compilado por el Maestro Sheng Yen y uno de los cuatro maestros incluidos fue el Maestro Sheng Yen (1930–2009). Otros dos Maestros fueron el Maestro Boshan (1575–1630) y el Maestro  Yuanyun Jiexian (1610–1672), ambos de la Dinastía Ming. El cuarto fue el Maestro Xuyun (1839–1959), uno de los màs ilustres Maestros Chan de la era moderna. En esta ocasión especial del Chan Magazine dedicado a nuestro antepasado gran Maestro Xuyun, estamos reimprimiendo una ámplia selección de este libro, como fue traducido por el Profesor Jimmy Yu (Guo Gu) de la Florida State University. Este material fue originalmente publicado en el Chan Newsletter en el 1991, números 86-88. Hacemos extensivo nuestro agradecimiento a Shambhala Publications por el permiso para reimprimir esta recopilación por el Maestro Xuyun de Attaining the Way.

Requisitos para Empezar la Práctica Chan

El Propósito de Investigar el Chan.

El propósito de investigar el Chan es iluminar la mente y ver nuestra propia-naturaleza. Debemos erradicar las impurezas de la mente de modo que podamos percibir personalmente la verdadera cara de nuestra propia naturaleza. Las impurezas de la mente son pensamientos erráticos y apegos; la propia naturaleza es la sabiduría y la virtud del Tathagata. Los seres humanos están repletos de la sabiduría y virtud de los Budas; no son dos y no están separados el uno del otro. Si podemos abandonar los pensamientos erráticos y los apegos entonces alcanzaremos la sabiduría y la virtud que está dentro nuestro. Esto es la Budeidad. De otra forma, continuamos siendo seres humanos corrientes. Es la causa por la que vosotros y yo hemos estado durante kalpas sin límite revolcándonos en el nacimiento y muerte, contaminados durante mucho tiempo e incapaces de apartar inmediatamente los pensamientos erráticos, por lo que no podemos percibir nuestra naturaleza intrínseca. Por estas razones, el primer requisito para investigar el Chan es erradicar los pensamientos erráticos.

¿Cómo erradicamos los pensamientos erráticos? Shakyamuni Buda ha enseñado mucho sobre este punto. Su enseñanza más sencilla y directa es la palabra “Stop” (Parar), de la expresión “Stop es Bodhi” (Parar es Bodhi). Desde la época en la que Bodhidharma transmitió las enseñanzas Chan a nuestras tierras orientales, después el sexto patriarca (Huineng), los vientos del Chan han soplado lejos y ámpliamente, sacudiendo e iluminando el mundo. Entre las muchas cosas que Bodhidharma y el sexto patriarca enseñaros a aquellos que fueron a estudiar con ellos, ninguna es más válida que el dicho: “Abandona la infinidad de condiciones enmarañadas; no dejes que aparezca un solo pensamiento.” Abandonar la infinidad de condiciones enmarañadas significa sencillamente abandonar todas las condiciones. Así que esta frase “abandonar todas las condiciones y no dejar que aparezca ni un solo pensamiento”, es en realidad el mayor requisito para un practicante Chan. Si no puedes alcanzar este requisito, no solamente fracasarás en alcanzar el último objetivo de la práctica Chan, sino que ni siquiera serás capaz de entrar por la puerta del Chan. ¿Cómo podemos hablar de practicar Chan si estamos enmarañados en los fenómenos mundanos revolcándonos en el surgimiento y destrucción de nuestros pensamientos? 

Abandonar la Infinidad de Condiciones Enmarañadas

“Abandonar todas las condiciones y no dejar aparecer ni un pensamiento” es un requisito para la práctica de la investigación del Chan. Ahora que sabemos esto, ¿cómo lo llevamos a cabo? El mejor practicante, el de habilidades superiores, puede en un instante abandonar todos los pensamientos equivocados para siempre, llegar directamente a la realización de lo no-nacido y experimentar al instante bodhi, sin ser enredado por nada.

El próximo mejor tipo de practicante utiliza los principios para deshacerse de las apariencias fenomenales y realiza que la propia-naturaleza es originalmente pura; las vejaciones y bodhi, el samsara y el nirvana, son todos falsos nombres que no tienen nada que ver con la propia-naturaleza; todos los asuntos y cosas son sueños e ilusiones como burbujas y reflejos.

Mi cuerpo físico que está compuesto de los cuatro elementos, las montañas, los ríos y todo lo que existe en esta gran tierra están todos contenidos dentro de mi propia-naturaleza, como burbujas en la superficie del océano, apareciendo y desapareciendo y aún así nunca obstruyendo la esencia fundamental del océano. No os dejéis cautivar por la aparición, permanencia, cambio y desaparición de los fenómenos ilusorios y no deis cabida al placer y la aversión, el apego y el rechazo. Abandonad vuestro propio cuerpo como si estuvierais muertos, las seis facultades de los sentidos, los objetos de los sentidos y las conciencias de los sentidos se dispersarán naturalmente. La codicia, el odio, la ignorancia y la avidez de afecto serán destruidos. Todas las sensaciones físicas de dolor, escozor, agonía y placer (el hambre, el frío, la saciedad, el calor, la gloria, el insulto, el nacimiento y la muerte, la calamidad, la prosperidad, la buena y mala suerte, el halago y la culpa, la ganancia y la pérdida, la seguridad y el peligro) ya no serán vuestra preocupación. Sólamente esto puede ser considerado verdaderamente “abandonar todas las condiciones”. Cuando abandonamos todo para siempre, esto es lo que queremos decir con “Abandonar todas las condiciones.” 

Cuando se renuncie a la infinidad de condiciones, los pensamientos erráticos desaparecerán por si mismos, la discriminación no aparecerá y los apegos se han dejado atrás. En este ejemplo de nada que aparezca en la mente, la claridad de nuestra propia naturaleza se manifiesta completamente. Solamente en ese momento habremos realizado las condiciones  necesarias para investigar el Chan. Entonces, más trabajo duro y práctica sincera nos permitirá iluminar la mente y ver en nuestra naturaleza verdadera.

Cada Uno se Convierte en Buda Instantáneamente

Muchos practicantes Chan hacen preguntas sobre el Dharma. El Dharma que se habla no es originalmente el verdadero Dharma. Tan pronto como intentamos explicar las cosas, el verdadero significado se pierde. Si realizamos que esta mente es originalmente el Buda, en ese mismo instante no hay nada más que hacer. Todo manifiesta su estado perfecto. Toda charla sobre la práctica o la realización es un engaño demoníaco.

Bodhidharma “señalando directamente a la mente, viendo nuestra naturaleza y alcanzando la budeidad” claramente nos instruye de que todos los seres humanos son budas. Una vez que la propia-naturaleza pura es reconocida, podemos armonizarnos con el entorno y aún así permanecer puros. La mente permanecerá unificada todo el día, ya sea andando, estando de pie, sentad@s, o acostad@s. Esto es para manifestar este buda ya perfeccionado. En este momento no hay necesidad de mostrar esfuerzo y ser diligente, abandonemos cualquier acción de alguna manera o ser pretenciosos. Tampoco hay necesidad de preocuparnos por explicaciones o pensamientos discursivos. Así pues, se ha dicho que convertirse en Buda es el trabajo más fácil y natural. Además, es algo que podemos controlar, sin buscar ayuda del exterior. Todos los seres humanos en esta vasta tierra pueden instantáneamente realizar la budeidad simplemente deseando evitar la transmigración de las cuatro formas de nacimiento y los seis reinos de existencia en este largo kalpa, cayendo en el mar de sufrimiento sin fin. La budeidad puede ser alcanzada si deseamos las cuatro virtudes del nirvana (eternidad, alegría, yo y pureza) y creemos completamente en las palabras sinceras del Buda y los patriarcas, renunciando a todo y no pensando ni en lo bueno, ni en lo malo. Todos los Budas, Bodhisattvas y patriarcas han hecho el voto de salvar exhaustivamente a todos los seres; este voto no es un alarde ni está desprovisto de base, haciendo algún tipo de gran voto u observación vacía.

El Dharma es exactamente así. Ha sido elucidado una y otra vez por el Buda y los patriarcas. Ellos nos han exhortado con la verdad y no nos defraudan. Desafortunadamente, los seres humanos están confundidos y durantes kalpas sin límite se han estando revolcando en el nacimiento y la muerte, en el océano del sufrimiento, renaciendo aquí y allá, sin ningún control de su transmigración sin fin. Confundidos con sus puntos de vista trastocados, le dan la espalda al despertar y abrazan el polvo mundano de sus sentidos como si fuera oro puro en una alcantería. Debido a la severidad del problema y al grado de su autoengaño, el Buda de manera compasiva y sin opción expuso ochenta y cuatro mil puertas (métodos) del Dharma en acuerdo con las diferentes raíces kármicas de los seres humanos, de modo que estos puedan utilizar estos métodos para curarse a sí mismos de los ochenta y cuatro mil hábitos y enfermedades, que incluyen codicia, odio, ignorancia y deseo de afecto.

Investigando el Chan y Contemplando la Mente

Nuestra secta se centra en la investigación del Chan. Y el propósito de investigar el Chan es “Iluminar la mente y ver nuestra propia-naturaleza,” lo que significa investigar y comprender completamente nuestra cara original. La investigación también es llamada “realizar claramente nuestra mente y percibir completamente nuestra naturaleza intrínseca.“

Desde la época en la que Buda sostuvo una flor y Mahakasyapa alcanzó el despertar y Bodhidharma vino al este, los métodos para entrar en esta puerta del Dharma han evolucionado continuamente. La mayoría de los adeptos Chan, antes de las dinastías Tang y Song se iluminaban después de oír una palabra o frase del Dharma y la transmisión del Dharma de maestro a discípulo era sencillamente una convergencia de mente a mente; no había un Dharma real. Además, las preguntas y respuestas en la vida cotidiana eran solamente ocasionales para deshacer nudos, parecido a prescribir el medicamento correcto para la medicina correcta.

No obstante, después de la dinastía Song, la gente no tenía tan buenas capacidades kármicas como sus predecesores. No pudieron transmitir lo que se había dicho. Por ejemplo, a los practicantes se les enseñaba “abandonarlo todo” y “no pensar sobre lo bueno y lo malo”, pero no pudieron abandonarlo todo; si no estaban pensando sobre lo bueno, estaban pensando sobre lo malo. Bajo estas circunstancias, los patriarcas no tuvieron otra elección más que utilizar veneno contra veneno y enseñar a los practicantes a investigar los conghan y los huatou.

Cuando empezamos a observar los huatous, aunque se debe empezar con una frase sin vida, debemos atraparla fuertemente, sin dejarla ir ni por un instante como un ratón intentando hacer un agujero royendo la caja para escapar. El ratón debe focalizarse en un área y no debe parar hasta que haya roído (un agujero) a través de la caja. En términos de huatou el objetivo es utilizar un único pensamiento para erradicar diez mil pensamientos. Este método es realmente un último recurso. Como cuando alguien ha sido envenenado gravemente y no hay otra manera de sacar el veneno y curar al paciente excepto cortar y abrir el cuerpo.

Los antiguos tenían numerosos conghans, pero más tarde los practicantes empezaron a utilizar huatous. Algunos huatous son tal como: “¿Quién está observando el cadáver?” “¿Cuál es mi cara original antes de que mis padres me trajeron al mundo?”. En tiempos recientes muchos utilizan: “¿Quién recita el nombre de Buda?”

De hecho, todos los huatous siguen el mismo formato. No hay nada poco común, raro, o especial sobre ellos. Si quisiéramos podríamos observar: “¿Quién está recitando los sutras?”, “¿Quién está recitando los mantras?”, “¿Quién se está postrándose ante el Buda?”, “¿Quién está comiendo?”, “¿Quien viste estas ropas?”, “¿Quién está caminando?”, o “¿Quíen está durmiendo?”

Todos son lo mismo. La respuesta a la palabra “quién” deriva de nuestra mente; la mente es la fuente de todas las palabras. Los pensamientos surgen de la mente; la mente es la fuente de todos los pensamientos. Los  innumerables dharmas nacen de la mente; la mente es la fuente de todas la dharmas. De hecho, huatou literalmente significa “fuente de palabras”; la fuente de pensamientos. Y la fuente de todos los pensamientos es la mente. Para ponerlo de forma clara, el estado de la mente antes de que aparezca ningún pensamiento es huatou.

Así pues, debemos saber que observar huatou es contemplar la mente. Nuestra “cara original“ antes de que nuestros padres nos trajeron al mundo es la mente; y observar el huatou “¿Cuál es mi cara original antes de que mis padres me trajeran al mundo?”, es contemplar la mente. 

La propia naturaleza es la mente. Cuando nos “volvemos hacia el interior para oír nuestra propia-naturaleza”, estamos volviéndonos hacia el interior parar contemplar la mente. En la frase: “Iluminando perfectamente la pura conciencia”, la “pura conciencia” es la mente e “iluminación” es contemplación. La mente es Buda. Cuando recitamos el nombre de Buda contemplamos al Buda. Y contemplar el Buda es contemplar la mente.

Así pues, observar el huatou así como observar “¿Quién está recitando el nombre de Buda?”, es contemplar la mente. Es decir, “Iluminar la pura conciencia” de vuestra mente, o iluminar el Buda de nuestra propia-naturaleza. La mente es la naturaleza, es pura conciencia y es el Budha. No tiene forma, ni características, ni lugar fijo; no puede ser atrapado y como tal es intrínsecamente pura. Penetra todos los reinos del Dharma; No existe o entra; y no viene o va. La mente es intrínsecamente auto-manifiesta, pura Dharmakaya Buda.

Los practicantes deben, en primer lugar, cerrar las cinco facultades de los sentidos y observar el lugar dónde aparecen los pensamientos y tener cuidado de esta “fuente de palabras” o huatou; observarlo hasta que se perciba la mente pura separada de todos los pensamientos. Avanzando más, vuestra práctica debe ser sin fisura y sin ninguna interrupción y la mente debe ser refinada, quiescente y luminosa. Continuad hasta que los cinco skandhas sean vacíos y vuestro cuerpo y mente se vuelven quiescente. No habrá nada que hacer. Desde este momento en adelante, las actividades como caminar, estar de pie, sentarse o acostarse se realizan en quietud. Con el tiempo, vuestra práctica profundizará y podréis ver vuestra propia naturaleza y convertiros en Buda. El sufrimiento será extinguido. El Maestro Kaofeng (1238–1295) dijo una vez: “Debéis observar en huatou como una teja de un tejado cayendo a plomo en una balsa a diez mil pies de profundidad. ¡Si en siete días no estáis iluminados, tenéis mi permiso para cortarme la cabeza!” Amigos practicantes, estas son las palabras que ha alcanzado la otra orilla. ¡Sus palabras son verdaderas; no son palabras jactanciosas para engañarnos!

Es más, ¿por qué en nuestros tiempos modernos aunque hay muchos practicantes de huatou, pocos son, en realidad, los que alcanzan la iluminación? Es porque los practicantes de hoy día tienen capacidades kármicas inferiores que los practicantes del pasado. Además,  los practicantes de hoy día no tienen claros los principios y el camino de la práctica del huatou. Algunos practicantes viajan de oriente y occidente y de norte a sur, hasta que mueren, para practicar bajo diferentes maestros, pero aún así no han penetrado ni un huatou. No conocen el significado de huatou y no están seguros de lo que deben entender por “observar el huatou”. Toda su vida, se apegan a las palabras y las etiquetas, aplicando su esfuerzo no en la “fuente” (contenido) de las palabras sino en su cola (continente).

Huatou es precisamente la mente-única. Esta mente-única que está dentro vuestro y dentro de mí no está en el interior, ni en el exterior o en el medio. Y al mismo tiempo está en el interior, en el exterior y en el medio. Como la quietud del espacio vacío que penetra en todas partes.

Cuando se utilice el huatou no se debe elevar (por ejemplo, focalizándole en la cabeza), o bajandolo (por ejemplo, forzándola psicológicamente la focalización del huatou para bajarlo a la parte baja del cuerpo). Si se eleva, obtendremos una mente dispersa. Si se suprime, obtendremos somnolencia. Estos enfoques son contrarios a la naturaleza original de nuestra mente y no están de acuerdo con el camino medio.

Los practicantes se estresan a causa de los pensamientos erráticos. Creen que es difícil subyugar estos pensamientos erráticos. Dejadme decirlo con claridad: No temáis a los pensamientos erráticos y no malgastéis vuestra energía intentando subyugarlos. Todo cuanto debéis hacer es reconocerlos. No os apegéis a ellos, no los sigáis y no intentéis deshaceros de ellos. Mientras no continuéis revolcándoos en ellos, los pensamientos erráticos se irán naturalmente por sí mismos.

La caligrafía del Maestro Chan Xuyun: “Sin establecerse en ningún sitio o en nada” en la Sala Chan del Dharma Drum Mountain – Photo by Ven. Chang Duo

Parte Dos

Charlas Sobre los Métodos de Práctica en la Sala Chan

Introducción

Todos vosotros habéis venido a pedirme guía. Esto hace que me avergüence. Todos trabajamos tan duramente (cortando leña, arar los campos, transportar tierra, transportar ladrillos) y a pesar de ello desde la mañana hasta la noche no habéis olvidado el pensamiento de cultivar la vía. Tal determinación por la vía es conmovedora. Yo, Xuyun, estoy avergonzado por mi incapacidad en la vía y por mi falta de virtud. Lo que yo digo no se le puede llamar “instrucciones”; voy a utilizar solamente unos cuantos dichos de los antiguos en respuesta a vuestras preguntas. En cuanto al cultivo de la vía, hay cuatro requisitos:

  1. Profunda convicción en la ley de causa y efecto
  2. Estricta observancia de los preceptos
  3. Confianza inamovible
  4. Compromiso con una puerta (método) del  Dharma

Conocimiento Necesario al Sentarse en Chan

Todas las actividades de la vida cotidiana deben ser incluidas dentro de la práctica de la vía. ¿Hay algo que no sea adecuado para practicar la vía? En principio no hay necesidad para una Sala Chan (de meditación). Y “sentarse en meditación” no es por supuesto necesariamente Chan. La llamada “Sala Chan” o “Sentarse en Posición Chan” están diseñados para nosotros seres humanos con profundas obstrucciones kármicas y una sabiduría superficial.

Cuando nos sentamos en meditación, debemos saber en primer lugar cómo armonizar el cuerpo y la mente. Si no están bien armonizados, un pequeño problema se convertirá en una enfermedad y un gran problema se convertirá en un enredo demoníaco. ¡Esto sería muy lamentable! Caminar y sentarse en meditación en la Sala Chan están diseñados para armonizar nuestro cuerpo y mente. Aparte de esto hay otras formas de armonizar el cuerpo y la mente. Voy a elaborarlas brevemente.

Cuando nos sentamos en la posición de piernas cruzadas, debemos sentarnos de forma natural y erguidos. No proyectar intencionadamente la cintura hacia delante. Haciendo esto se eleva el calor interno, lo cual más tarde puede resultar en tener sensación de arenilla en los ojos, mala respiración, respiración incómoda, falta de apetito y en los peores casos vomitar sangre. Tampoco se debe arquear la espalda y bajar la cabeza. Haciendo esto fácilmente se puede causar mareo y somnolencia. En especial no apoyar la espalda en un respaldo (en la meditación), lo cual puede causar vómitos de sangre más adelante.

Si somos conscientes en la aparición de la somnolencia, o del mareo, abrid los ojos ámpliamente, estirad la parte baja de la espalda y sólamente moved los glúteos de lado a lado. La somnolencia y el mareo se desvanecerán naturalmente. Ejerciendo demasiado esfuerzo en vuestra práctica, cuando descubráis que estáis agitados, debéis pararlo todo, incluso el esfuerzo en la práctica. Descansad unos minutos y gradualmente después de sentiros más cómodos, podéis retomar el método y practicar otra vez. Si no hacéis esto, con el paso del tiempo desarrollaréis un carácter ansioso y temperamental, o en los peores casos podríais volveros locos o caer en estados demoníacos. 

Hay muchos estados que podemos encontrar al sentarnos en meditación, demasiados para hablar de ellos aquí. Pero mientras no nos apeguemos a ninguno, no nos causarán obstrucción.  Hay un dicho secular que dice: “Si no nos sorprendemos por lo raro, lo raro se desvanecerá por sí mismo.” Aunque encontremos o percibamos un estado desagradable no nos preocupemos por ello y no tengamos miedo. Si experimentamos algo agradable, no nos preocupemos con ello y no demos lugar al afecto. El Sutra Surangama dice: “Si no alimentamos la idea de que hemos alcanzado un estado sagrado, cualquier estado que experimentemos es un buen estado. Por otra parte, si interpretamos lo experimentado como algo sagrado, esto atraerá demonios.”

Aproximándonos a la Práctica y Discerniendo el Anfitrión del Huésped

¿Cómo debemos aproximarnos a la práctica? En el Sutra Surangama, el honrado Kaundinya le dirigió a la asamblea las palabras “anfitrión” y “huésped”. Así es cómo principiantes como nosotros debemos empezar nuestra práctica. Dijo: “Un viajero que se para en una posada puede pasar la noche o comer algo. Cuando ha terminado o ha descansado, recoge sus bártulos y continúa su viaje, ya que no tiene más tiempo para quedarse. Si fuera el anfitrión, no tendría lugar a donde ir. Así pues, razono, aquel que no se queda es llamado ’huésped’, porque no quedarse es la esencia de ser un huésped. Aquel que se queda es llamado ‘anfitrión’. Si un día claro, cuando brilla el sol y su luz penetra en una habitación vacía a través de una apertura, podemos ver polvo flotando en el espacio vacío. El polvo se mueve, pero el espacio está quieto. Aquello que es claro y quieto es llamado ‘espacio’ y aquello que se mueve es llamado ‘polvo’, porque moverse es la esencia de ser polvo”. Huésped y polvo se refieren a los pensamientos engañosos, mientras que anfitrión y espacio se refieren a la propia naturaleza. Que el anfitrión permanente no siga al huésped en sus idas y venidas ilustra que la permanente propia-naturaleza no sigue la aparición repentina y la desaparición de pensamientos engañosos. Así se ha dicho que con la no-mente para encontrar la miríada de objetos, ¿cómo podemos ser obstruidos por la miríada de objetos que nos rodea?. La naturaleza del polvo es moverse por sí mismo, pero no obstruye al espacio quieto y vacío; esto se equipara a los pensamientos confusos que aparecen y desaparecen por sí mismos, pero no impide la “talidad” de la propia-naturaleza. Así se dice que si nuestra mente no aparece, no habrá problemas con la miríada de objetos. En tal estado mental, el huésped naturalmente no seguirá los pensamientos engañosos. Si comprendemos “espacio” y “polvo”, los pensamientos engañosos ya no serán obstáculo. Se dice que cuando uno reconoce el problema, no hay resentimiento. Sí podemos aproximarnos e intentar comprender la práctica de esta forma, es poco probable que cometamos serios problemas en el camino.

Huatou y la Sensación de Duda

Los maestros ancestrales señalaron directamente a la mente y revelaron que ver la naturaleza es alcanzar la budeidad, al igual que “calmar la mente” del primer patriarca Bodhidharma y enseñanza exclusiva de “ver la propia naturaleza” del sexto patriarca Hui Neng. Todo lo que era necesario era la percepción directa y la aceptación de la mente, nada más. No había un método tal como observar el huatou. Posteriormente, no obstante, los maestros vieron que los practicantes no se sumergían en la práctica con total dedicación y no podían percibir y actualizar su propia naturaleza. En lugar de ello, esas personas sólo jugaban pronunciando palabras Chan, mostrando los tesoros de otras personas e imaginando que eran los suyos propios. Por esta razón, los patriarcas posteriores fueron obligados a establecer puertas del Darma y retiros e inventar recursos específicos para ayudar a los practicantes, de ahí el método de observar el huatou. 

Hay muchos huatous, tal como “Todos los darmas vuelven a uno, ¿a dónde vuelve este?”, “¿Cuál es mi cara original antes de que mis padres me concebieran?”, etc. El más común, no obstante es: “¿Quién está recitando el nombre de Buda?”.

¿Qué se quiere decir por huatou? “Hua” significa la(s) palabra(s) hablada(s); “tou” significa cabeza o fuente, así que huatou significa aquello que está antes que la palabra hablada. Por ejemplo, en el huatou “Buda Amitabha”, el hua consiste en palabras y el huatou es aquello que precede la concepción de esas palabras. Así pues el huatou es ese momento antes de que aparezca un solo pensamiento. Una vez que el pensamiento aparece, ya es la ”cola-final” del hua (no su “fuente”). Ese momento antes de que aparezca el pensamiento es “no-aparición”. El estado en el que nuestra mente no está distraída, no embotada, no apegada a la quietud, o que no ha caído en la experiencia de la nada, se llama “no-destrucción”. De un momento a otro, con resolución e ininterrumpidamente girándonos hacia el interior e iluminando este estado de no-aparición y no-destrucción se llama “observar el huatou”, o cuidar el huatou.

Para observar el huatou debemos primero generar la “sensación de duda”, que es como un bastón para observar el huatou. ¿Qué se entiende por sensación de duda? Por ejemplo, podemos preguntar: “¿Quién está recitando el nombre de Buda?”. Por supuesto, todos sabemos que es uno mismo quien está recitando el nombre, pero ¿utilizamos nuestra boca o nuestra mente para recitar?. Si es nuestra boca, entonces después de nuestra muerte, nuestra boca todavía está ahí, ¿Por qué no somos capaces de recitar el nombre de Buda?. Si es con nuestra mente, ¿cómo es  nuestra mente?, no puede ser comprendida o aprehendida. Así pues, puesto que no lo sabemos, damos lugar a una mente sutil e inquisitiva centrada en este “quién”? De hecho, esta mente inquisitiva nunca debe ser tosca; debe ser cuanto más sutil mejor. En cualquier momento y lugar, debemos cuidar este pensamiento inquisitivo de forma resuelta y mantenerlo contínuamente como un fino curso de agua. No demos lugar a un segundo pensamiento. Cuando este pensamiento de duda está presente, no lo perturbemos. Cuando esta duda no está presente, traigamosla suavemente otra vez. Los principiantes encontrarán que es más efectivo conseguir fuerza de este método estando sentado que moviéndose; pero nunca debemos discriminar entre quietud y actividad. Indiferentemente de si nuestra práctica es efectiva o no, o de si estamos quietos o activos, utilicemos el método de forma decidida y con entusiasmo. 

En el huatou: “¿Quién recita el nombre de Buda?”, el énfasis está en la palabra “quién”. Las otras palabras sirven para proveer un contexto general, igual que cuando se pregunta, “¿Quién se está vistiendo, o comiendo?” “¿Quién está moviendo sus intestinos y quién está orinando?” “¿Quién está intentando abandonar esta ignorancia y quién está discutiendo con los demás?”, “¿Quién es consciente y quién tiene sensaciones?”. Este “quién” es el modo más inmediato y fácil para crear la sensación de duda, independientemente de si estamos caminando, de pie, sentados o tumbados. No hay más necesidad de conceptualización, especulación o estrategias. Por tanto, los huatous que incluyen la palabra “quién” son métodos maravillosos para investigar el Chan. No obstante, no debemos tomar el huatou, “¿Quién está recitando el nombre de Buda?” y sencillamente recitarlo como el nombre de Buda; tampoco es correcto utilizar el razonamiento para encontrar algún tipo de respuesta a la pregunta, pensando que es lo que se quiere decir por sensación de duda. Algunas personas recitan ininterrumpidamente la frase: “¿Quién recita el nombre de Buda?”, pero obtendrán más mérito recitando el nombre de Buda Amitabha! Otros dejan su mente vagar, especulando esto o aquéllo, creyendo que esto es la sensación de duda. Poco entienden estas personas y solo terminarán con pensamientos más erróneos. Eso es como querer ir hacia arriba y en lugar de ello acabar yendo hacia abajo. Debemos ser conscientes de este problema.

La duda generada por el practicante principiante tiende a ser tosca, intermitente e irregular, la cual no puede calificarse realmente como estado de sensación de duda. Solo se le puede llamar pensamientos. Sólo después de haber domesticado gradualmente la mente salvaje y tener más control sobre nuestros pensamientos puede el proceso ser llamado can (pronunciado ts’an), que significa investigar o mirar en o dentro. A medida que nuestra práctica madura, cuando el cuestionamiento continúa naturalmente sin esfuerzo y uno ya no es consciente de estar sentado, o consciente de la existencia de un cuerpo, de una mente, o del entorno, continuando así sin interrupción, sólo entonces puede ser llamada “sensación de duda”. Siendo realistas, el estadio inicial en que utilizamos el método al mismo tiempo que nos embarcamos en pensamientos erráticos no se le puede considerar cultivo. Sólamente cuando la verdadera duda aparece puede nuestra práctica ser genuinamente llamada cultivo. 

Este momento es una coyuntura crucial y es muy fácil para el practicante desviarse del camino recto: en este momento nuestra mente puede ser clara y pura experimentando un sentido ilimitado de ligereza y comodidad. No obstante, si perdemos la clara iluminación de la mente (claridad sin confusión es sabiduría; iluminación sin obstáculos es quietud) caeremos en un estado sutil de torpor mental. Si a nuestro alrededor hay una persona con mente clara, nos podrá decir de inmediato si el practicante está en este estado y golpearlo con la varilla de incienso, dispersando todas las nubes y niebla (mental) del practicante. Muchas personas se iluminan de esta forma.

En este momento la mente puede ser clara, pura y vacía. Si la duda desaparece, podemos caer en un estado de olvido. Esto es lo que se significa con la expresión “el precipicio de los árboles marchitos.” o “una piedra remojándose en agua fría”. Cuando alcanzamos este estado, es crucial actualizar nuestra conciencia e iluminación de la duda. No obstante, esto es diferente del estadio o de la fase inicial de nuestra práctica, cuando nuestra duda era tosca. Ahora tiene que ser extremadamente sutil (un solo pensamiento, sutil y modesto, claro y quiescente; al mismo tiempo debe ser inmóvil, consciente y siempre conocedor). Como el humo de un fuego que está a punto de apagarse, tiene una columna fina sin interrupción. Y cuando nuestra práctica alcanza este punto, es necesario tener un ojo diamantino; ya no habrá más necesidad de generar intencionadamente conciencia e iluminación. Hacer esto sería como poner una cabeza encima de nuestra cabeza.

Una vez un monje preguntó al maestro Chan Zhaozhou (778–897): “¿Qué debemos hacer cuando no aparece ni una solo cosa?” Zhaozhou respondió: “¡Déjalo estar!” El monje preguntó: “Si nada aparece, ¿qué dejamos estar?” Zhaozhou respondió: “Si no puedes dejarlo, entonces cógelo.” Este diálogo se refiere precisamente a este tipo de situación. No obstante, el verdadero sabor de este estado, no puede ser descrito. Como alguien que bebe agua, sólo él sabe cuán fría o caliente está. Si una persona alcanza este estado, comprenderá de forma natural. Si no está en este estado, ninguna explicación será adecuada. Como el dicho: “A un maestro de esgrima le debes mostrar un sable; no te molestes enseñándole tus poemas a alguien que no es poeta.”

Cuidando el Huatou y Volviendo al Interior Para Escuchar Nuestra Propia-Naturaleza

Alguien podría preguntar: “¿Cómo es considerado investigar el Chan, el método del Bodhisattva Guanyin (Avalokitesvara) de volver al interior para escuchar la propia naturaleza?” He explicado previamente que cuidar el huatou es hacer brillar de instante en instante, de forma sencilla y con determinación, la luz de la mente interiormente e iluminar aquello que no ha nacido y no se destruye”. Volver al interior es iluminar; “aquello que no ha nacido y no se destruye” es la propia naturaleza; cuando a “oír” e “iluminar” le siguen el sonido y la forma en la corriente mundana, oír no va más allá del sonido y ver no va más allá de la forma. No obstante, cuando volvemos al interior y contemplamos la propia naturaleza frente a la corriente mundana y no persigue el sonido y la forma, entonces él o ella se vuelven puros y claros. En ese momento “oír” e “iluminar” no son cosas diferentes.

Así pues debemos saber que cuidar del huatou y volver al interior para oír la propia naturaleza, no significa utilizar nuestros ojos para ver y nuestros oídos para oír. Si utilizamos nuestros oídos para oír o nuestros ojos para ver, entonces estamos persiguiendo el sonido y la forma. Como resultado seremos afectados por ellos. A esto se la llama fluir con la corriente mundana. Si practicamos con un único pensamiento de permanecer en aquello que no ha nacido y no se destruye, sin perseguir el sonido la forma, sin pensamientos erráticos, entonces vamos contra corriente. A esto también se le llama cuidar el huatou, o volver al interior para oír nuestra propia naturaleza. Esto no quiere decir que debemos cerrar nuestros ojos fuertemente, ni cerrar nuestros oídos. Símplemente no generemos una mente que busca el sonido y la forma.

Rigor al Abandonar el Nacimiento y la Muerte y Generar una Mente Perseverante

Al investigar el Chan, lo más importante es ser honesto en cuanto a la cuestión de la vida y la muerte y generar una mente perseverante. Si no hay rigor para abandonar el nacimiento y la muerte, no podremos generar la gran duda y la práctica no será efectiva. Si no hay perseverancia en nuestra mente, el resultado será pereza, como un hombre que practica un día y descansa diez. La práctica no será penetrante. Si podemos generar perseverancia, cuando aparezca la gran duda, todas las vejaciones como polvo desaparecerán por sí mismas. Llegado el momento, el melón madurará de forma natural.

Os voy a explicar una historia. Durante la dinastía Ching en el año Gengzi (1900) cuando los ocho poderes mundiales enviaron sus ejércitos a Beijing, el emperador Guang Xu (período reinante 1875–1908) huyó hacia el oeste, de Beijing a la provincia de Shanxi. Cada día viajaba decenas de kilómetros. Durante varios días no tuvo alimento para comer. En el camino, un campesino le ofreció boniatos. Después de comerlos, le preguntó al campesino que era, ya que tenía muy buen sabor. ¡Pensemos en el porte impresionante habitual del emperador y su arrogancia! ¿Cuánto tiempo pensáis que podía continuar manteniendo su actitud imperial después de un viaje tan largo a pie? ¿Pensáis que jamás tuvo hambre (anteriormente)? ¿Pensáis que jamás tuvo que comer boniatos (anteriormente)? En aquella época abandonó todos sus humos. Después de todo, había caminado suficiente y comido boniatos como para evitar morir de hambre. ¿Por qué fue capaz de “abandonarlo” todo en aquel momento? Porque los ejércitos aliados querían su vida y su único pensamiento era salvar la vida! Pero cuando volvió la paz y regresó a Beijing, otra vez se convirtió en orgulloso y arrogante. Ya no tenía que correr para salvar su vida. Ya no tenía que comer comida que no le gustase. ¿Por qué no era capaz de “abandonarlo” todo ahora? Era porque los ejércitos aliados ya no querían su vida. Si el emperador hubiera tenido siempre una actitud de correr para salvar su vida y hubiera podido aplicar esta actitud hacia la práctica del camino, no hubiera habido nada que no hubiera podido realizar. Es una lastima que no tenía una mente perseverante. Cuando las circunstancias favorables volvieron, también lo hicieron sus costumbres antiguas.

¡Amigos practicantes! El tiempo no espera a nadie; una vez que ha pasado, ya no vuelve. Está constantemente intentando tomar nuestras vidas, así que es más aterrador que los ejércitos aliados. El tiempo nunca va a pactar o hacer la paz con nosotros. ¡Generemos inmediatamente una mente perseverante para escapar de la vida y la muerte! El Maestro Gaofeng Yuanmiao (1238–1295) dijo una vez: “En lo que respecta a la práctica, debemos actuar como una piedra cayendo en la parte más profunda de un estanque (de diez mil pies de profundidad) cayendo constante y persistentemente sin interrupción hacia el fondo. Si podemos practicar así sin parar, constantemente durante siete días y aún así no ser capaz de cortar los pensamientos erráticos e ilusorios y las vejaciones, que me precipite yo, Gaofeng, en el Infierno Avici y quedarme allí para siempre.” El maestro continuó diciendo: “Cuando investigamos el Chan, uno debe establecer un cierto tiempo antes del éxito, como un hombre que ha caído en un pozo de mil pies de profundidad. Sus decenas de miles de pensamientos se reducen a uno, escapar del pozo. Si podemos realmente practicar de la mañana a la noche y de la noche a la mañana sin un segundo pensamiento y si el o ella no alcanza la iluminación completa en tres, cinco o siete días, yo estaría profiriendo una gran mentira, por la cual mi lengua me sería arrancada y pisoteada por los bueyes por siempre jamás.” Este gran maestro poseía una gran compasión. Sabiendo que probablemente seríamos incapaces de generar tal mente perseverante, él hizo este gran voto para garantizar nuestro éxito.

Iluminación y Práctica

El Maestro Hanshan [de la dinastía Ming] (1546–1623) dijo una vez: “Hay algunos practicantes que alcanzan primero la iluminación y después comienzan a cultivar y otros que practican primero y después alcanzan la iluminación. No obstante, hay dos tipos de ‘iluminación’: a través de la comprensión y a través de la experiencia. Si una persona realiza la mente siguiendo las enseñanzas de Buda y los patriarcas, se considera realización a través de la comprensión. Una persona con tal experiencia sólo tendrá una comprensión conceptual. En cualquier circunstancia ella o él seguirá estando sin poder. La mente del practicante y el entorno están divididos y no son uno. Por lo tanto, ella o él puede experimentar muchas obstrucciones. A esto se le llama prajna simulado y no procede de una practica genuina.

Por otra parte, aquellos que alcanzan la iluminación a través de la práctica, se mantienen en sus métodos de una forma persistente y decidida hasta que se fuerzan a sí mismos en un lugar donde ‘las montañas y los ríos se han extinguido completamente’. De repente, su último pensamiento se desvanece y realizan completamente la mente. Es como ver a nuestro propio padre en un cruce de caminos, no hay duda en cuanto a quién es. También es como beber agua; solo la persona que bebe sabe si el agua es caliente o fría. No hay manera de expresárselo a otra persona. Esto es práctica real e iluminación. Después, él o la practicante, todavía tendrá que, sobre la base de su experiencia, unir su mente al entorno externo. Todavía tendrá que eliminar fuertes barreras kármicas de esta vida y pensamientos equivocados y apegos emocionales, dejando solo la mente real de un solo sabor. Esto es iluminación por la experiencia.

En lo que respecta a las experiencias de la verdadera iluminación, las hay superficiales y profundas. Si trabajamos en el raíz del problema, destruyendo el nido de las ocho conciencias y se les da la vuelta a las cuevas oscuras de la ignorancia, entonces nos dirigimos directamente hacia la iluminación, sin apoyarnos en ningún otro darma. Aquell@s que alcanzan esto tienen unas raíces kármicas muy profundas y experimentan una profunda iluminación. Para aquellos que practican de forma gradual, experimentan una iluminación superficial. El peor caso es, cuando alguien alcanza poco y se siente satisfecho. No debemos tomar las ilusiones, como las sombras creadas por la luz, por la iluminación. ¿Por qué? Es por que no han destruido las raíces de las ocho conciencias y sus actos serán artificiales. Las experiencias que estas personas tienen son manifestaciones de sus propias conciencias. Creer que tal estado ilusorio sea real, es como confundir un ladrón con el propio hijo. Y los antiguos dijeron: “Es a causa de que los cultivadores del camino no reconocen lo real y toman la vieja conciencia como real, que transmigran a través de innumerables kalpas de nacimiento y muerte. La gente ignorante toma su conciencia por su verdadero yo.”

Así pues, debemos traspasar esta barrera. Por otra parte están aquellos que experimentan la iluminación instantánea y cultivan gradualmente. Aunque estas personas han experimentado una profunda iluminación, todavía no han purificado instantáneamente sus tendencias habituales. En este punto, es necesario, bajo el principio de nuestra experiencia de la iluminación, generar el poder de la iluminación introspectiva para tener la experiencia del entorno y comprobar su mente. Si pueden fundirse con un uno por ciento de las apariencias externas, entonces habrán obtenido el uno por ciento de su Dharmakaya. Eliminando el uno por ciento de sus pensamientos erróneos, el uno por ciento de su sabiduría fundamental se manifestará. Todo esto dependerá del fuerzo de nuestra práctica, que debe ser continua y sin fisuras. Practicar en medio de las actividades es obtener poder de ellas.

Podemos observar que ya estemos iluminados o no, o nuestra iluminación sea a través de la comprensión o de la experiencia, debemos continuar con nuestra práctica y mantenerla sinceramente. La diferencia es que aquellos que se iluminan primero y cultivan después son como viejos caballos que no caminan por caminos equivocados; Les es mucho más fácil que para aquellos que cultivan primero y se iluminan después. Aquellos que se iluminan a través de la experiencia son sólidos y son diferentes de aquellos que llegan a profundizar a través de la comprensión, lo cual es inseguro y superficial. Lo que ocurre es que aquellos que se iluminan a través de la experiencia tienen más posibilidades de extraer poder de su práctica. El antiguo maestro Zhaozhou (778–897), a la edad de ochenta años, empezó su viaje para visitar varios maestros. Durante cuarenta años se aplicó con entusiasmo, sin una mente dispersa, observando la palabra “wu” (nada). (Este maestro) es un gran modelo para todos nosotros. ¿Dudáis de que este antiguo maestro haya experimentado la iluminación en todos esos años? Su ejemplo nos recuerda que no debemos estar satisfechos con pequeñas realizaciones y no estar tan orgullosos de nosotros mismos.

Están aquellos que, después de leer unos cuantos sutras o registros de los discursos Chan, dicen cosas como: “¡La mente es buda!” y “La mente escapa de los tres periodos (de tiempo) y las diez direcciones”. Pero sus palabras no tienen nada que ver con su comprensión personal. Creen firmemente que son antiguos Budas que han vuelto otra vez. Cuando encuentran a la gente, se alaban a sí mismos y dicen que han alcanzado una profunda y completa iluminación. Los seguidores ciegos incluso se jactarán de ellos. ¡Esto es como confundir los ojos del pez por perlas! No conocen la diferencia entre lo real y lo falso. Mezclan las cosas y causan estragos para todos. No solamente hacen que la gente pierda la fe, también dan lugar a criticismo sobre el Dharma. La razón por la cual la Escuela Chan no está floreciendo en los últimos años es en gran medida debido a los errores de estas personas díscolas. Espero que podáis esforzaros genuinamente en la práctica. No seáis pretenciosos. No habléis sobre el Chan con palabras vacías. Vuestro trabajo es investigar genuinamente el Chan y alcanzar una iluminación sólida. ¡En el futuro podréis difundir el Dharma como “dragones y elefantes” y cargada la espalda con las enseñanzas divulgativas del Chan!

Investigar el Chan y Recitar el Nombre de Buda

Aquellos que recitan el nombre de Buda, a menudo critican a aquellos que investigan el Chan; y aquellos que investigan el Chan a menudo difaman a aquellos que recitan el nombre de Buda. Parecen oponerse unos a otros como enemigos, como si desearan que el otro muriese. Este por supuesto es un fenómeno horrible en el Budismo. Hay un dicho secular que dice algo así como: “Una familia en armonía tendrá éxito en todo, mientras una familia en desarmonía es seguro que se peleará.” Cuando hay peleas entre hermanos, ¿no es seguro que otros se reirán de nosotros y nos menospreciarán?

Investigar el Chan, recitar el nombre de Buda, así que otros métodos, son todas enseñanzas del Buda Shakyamuni. En su origen, el camino es uno. Es a causa únicamente de las diferentes condiciones y disposiciones kármicas de los seres vivos, como dar diferentes medicamentos para diferentes enfermedades, que los diferentes métodos y puertas del Dharma son enseñados. Más tarde, muchos grandes maestros dividieron las enseñanzas de Buda en diferentes sectas de acuerdo a diferentes interpretaciones. Pero todo esto es debido a que las necesidades de las personas difieren en tiempos diferentes y los maestros difundieron el Dharma de diferentes maneras.

Si una persona practica un método que armoniza con su caracter, entonces el método será la maravillosa puerta del Dharma que le conduzca a la vía. En realidad, no hay puertas del Dharma superiores o inferiores. Además, las puertas del Dharma están interconectadas, son todas perfectas y sin obstrucciones. Por ejemplo, cuando recitamos el nombre del Buda hasta un punto de determinación, sin distracciones, ¿no es esto investigar el Chan? Cuando investigamos Chan hasta el punto de no separación entre el investigador y aquello que es investigado, ¿no es esto recitar la verdadera característica de Buda? Chan no es otra cosa que el Chan de la pureza; y también llamado tierra “pura”, que no es otra que la pureza dentro del Chan. Chan y Tierra Pura son mutuamente enriquecedoras y funcionan juntas. No obstante, hay personas que están desviadas y apegadas, dando lugar a puntos de vista sectarios, que pueden conducir desafortunadamente a alabarse a sí mismos y difamar a otros. Tales personas son como el fuego y el agua, no pueden existir juntos. No han comprendido el profundo significado de los patriarcas que dividieron el Dharma en diferentes escuelas y enseñanzas. Estas personas han transgredido inintencionadamente la pesada ofensa de calumniar y poner en peligro el Dharma. ¿No es esto triste y lamentable? Espero que todos nosotros, no importa que puerta del Dharma practiquemos, comprendamos a los Budas y patriarcas en su principio de no-discriminación y no-oposición y nos contengamos de divisiones. Debemos tener la mente de ayudarnos los unos a los otros de tal forma que podamos salvar este barco que flota entre peligrosas y violentas olas.

Dos Tipos de Dificultades y Facilidades que Experimentan los Practicantes 

Aquellos que cultivan la vía de acuerdo con la profundidad y superficialidad de su práctica tienen dos tipos de dificultades y facilidades. El primer tipo de dificultad y facilidad está asociado con los principiantes, mientras que el segundo corresponde a los practicantes avanzados.

Dificultades para los Practicantes Principiantes

Los síntomas frecuentes del mal de los principiantes son: la dificultad para abandonar los pensamientos erráticos y las tendencias habituales; la profundidad de su ignorancia; la obstrucción de la arrogancia y la envidia; la tendencia a la codicia, a la ira, a la estupidez y la avaricia; la pereza ante el trabajo, pero la avidez por la comida; el gusto por enfatizar lo correcto y lo erróneo entre uno mismo y los demás. Todo esto llena sus grandes estómagos. ¿Cómo podrían los principiantes armonizarse con la vía?

Hay otros tipos de personas que han nacido en familias nobles y adineradas. Incapaces de olvidar sus costumbres y manchas mundanas, no pueden soportar la menor dificultad. ¿Cómo pueden estas personas practicar la vía? No han considerado el estatus de nuestro maestro original, Shakyamuni Buda, antes de abandonar la vida familiar.

Después están aquellos que están más o menos bien informados, pero no comprenden que los problemas planteados en los discursos de los registros de los antiguos honorables son en realidad para probar el nivel de comprensión de practicantes. Estas personas creen que son inteligentes. Cada día escudriñan los dichos y escritos de los registros, hablando sobre la mente y sobre Buda, interpretando las palabras y escritos de los antiguos, hablando de comida, pero sin comerla, contando los tesoros de otros, pero no poseyéndolos ellos mismos. Piensan que son personas extraordinarias y se convierten en increíblesarrogantes. Pero cuando estas personas caen en enfermedades serias, gritarán pidiendo ayuda; y al final de sus vidas sentirán pánico y estarán desconcertados. En ese momento, lo que han aprendido y comprendido no les será de ninguna utilidad y será demasiado tarde para lamentarse.

Hay otras personas que no comprenden el dicho: “Originalmente somos Budas.” Estas personas dicen que el yo original ya es totalmente completo y que no hay necesidad de practicar. Todo el día hacen el holgazán, sin nada que hacer, siguiendo sus caprichos y perdiendo su tiempo. Estas personas se llaman a sí mismos “uno que está más allá de los modelos y las formas” y siguien solamente “causas y condiciones”. En el futuro estas personas sufrirán grandemente.

También hay personas que tienen sus mentes establecidas en la vía, pero no saben cómo ejercitarse en la práctica; tienen miedo de los pensamientos erráticos y puesto que son incapaces de deshacerse de ellos, día tras día sufren vejaciones, quejándose y lamentándose de sus obstrucciones kármicas. A causa de ello, sus mentes se desvían de la vía. O bien están aquellas personas que quieren luchar hasta la muerte con sus pensamientos erráticos. Aprietan sus puños furiosamente y sacan sus pechos y abren sus ojos. Parecería que están involucrados en algo grande. Dispuestos a morir en la batalla contra sus pensamientos erróneos, no sólamente no pueden vencer sus pensamientos erróneos, sino que acaban vomitando sangre, o volviéndose locos.

Están aquellos que temen caer en el vacío. Poco se imaginan que ya hay demonios que han aparecido en sus mentes; no pueden ni vaciar sus mentes ni iluminarse. Y también están aquellos que buscan la iluminación, sin saber que buscar la iluminación y querer alcanzar la budeidad son pensamientos erróneos. Uno no puede cocinar arena y esperar comer arroz. Pueden buscar hasta el año del burro y no alcanzarán la iluminación. Algunas personas a veces se exaltan cuando aguantan hasta el final de un par sesiones (de meditación) tranquilas. Estas situaciones son como una tortuga ciega que pasa su cabeza a través de un pequeño agujero de un trozo de madera flotando en medio de un océano. Esto no es el resultado de una práctica real (sino pura suerte)! En su júbilo estas personas han añadido otra capa de obstrucciones.

Están aquellos que se establecen en una falsa pureza durante la meditación y se regocijan en ella. Puesto que no pueden mantener una mente tranquila en la actividad, evitan los lugares ruidosos y pasan sus días en remojo en “agua sucia”. Existen numerosos ejemplos de esto. Es muy difícil encontrar la entrada a la vía para los principiantes. Si existe iluminación sin conciencia, entonces es como sentarse en agua sucia esperando la muerte.

Aunque esta práctica es dura, una vez que se ha encontrado la entrada a la vía, se hace fácil. ¿Cuál es el camino más fácil para los principiantes? No hay nada especial aparte de ser capaz de “abandonar”. ¿Abandonar qué? Abandonar todas las vejaciones que aparecen a causa de la ignorancia. Mis queridos practicantes, una vez que este cuerpo nuestro para de respirar, se convierte en un cadáver. La principal causa por la que no podemos abandonar es porque le damos demasiada importancia. A causa de ello, creamos la idea del yo y el otro, de lo correcto e incorrecto, del amor y del odio, de la ganancia y la pérdida. Si podemos tener la firme convicción de que este cuerpo nuestro es como un cadáver, no para apreciarlo, o mirarlo como si fuéramos nosotros mismos, entonces ¿qué hay que no podemos abandonar? Si podemos abandonarlo, entonces en cualquier lugar, en cualquier momento, ya que estemos caminando, de pie, sentados o durmiendo, ya estemos en movimientos o parad@s, descansando o activ@s, entonces internamente y externamente, todo será tranquilo e inmóvil, sin nada más que una simple duda del huatou. Y si pacífica e ininterrumpidamente continuamos sin un momento de pensamientos extraños, entonces igual que una larga espada que se extiende en el espacio, si algo se pone en contacto con el borde afilado, nuestra duda hará desaparecer sin un rastro o un sonido. ¿Por qué debería haber miedo de pensamientos erráticos? ¿Qué nos puede perturbar? ¿Quién estará ahí para distinguir entre movimiento y quietud? ¿Quién estará apegado a la existencia o a la vacuidad? Si hay miedos de los pensamientos erráticos, entonces ya hemos añadido otra capa de pensamientos erráticos. Si sentimos que somos puros, entonces ya estamos equivocados. Si tenemos miedo de caer en la vacuidad, entonces ya estamos instalados en la existencia. Si queremos convertirnos en Buda, ya hemos entrado en la vía de los demonios. Así pues, si sabemos cómo practicar, acarrear agua o recoger madera para el fuego no están separados de la vía maravillosa; y cavar y plantar en los campos son oportunidades Chan (chan chi). Practicantado la vía no se limita a sentarse con las piernas cruzadas todo el día.

Dificultades Para los Practicantes Avanzados

¿Qué dificultades encuentran los practicantes avanzados? Aunque algunos han practicado hasta la aparición de la duda genuina y poseen conciencia e iluminación, aún están atados al nacimiento y la muerte. Aquellos que no tienen ni conciencia ni iluminación caen en la falsa vacuidad. Llegar a cualquiera de estas situaciones es realmente difícil. Después de alcanzar este punto, algunos practicantes no pueden liberarse; de pie “en la cima de un poste de diez mil pies” son incapaces de avanzar. Algunas personas habiendo progresado a este estadio y siendo hábiles en la práctica, no encuentran nada que no puedan resolver, así que piensan que ya han cortado la ignorancia fundamental; creen que su práctica ha llegado al hogar. En realidad, estas personas están viviendo en la ola de la ignorancia y ni siquiera lo saben. Cuando estas personas encuentran una situación que no pueden resolver (dónde tienen que ser sus propios maestros, pero no pueden, simplemente abandonan). Esto es una lástima.

Hay otros que alcanzan la sensación de duda genuina, obtienen un poco de sabiduría de la experiencia de la vacuidad y comprenden algunos casos de antiguos gong ans; entonces abandonan la sensación de duda, porque piensan que están completamente iluminados. Estas personas componen poemas y versos, actúan de forma arrogante y se llaman a sí mismos personas virtuosas de la vía. No sólamente se engañan a sí mismos, también engañan a otros. Están creando mal karma. 

En otros casos están aquellos que confunden la enseñanza de Bodhidharma: “Aislarse de las condiciones externas, internamente aquietar la mente, hacer que la mente sea como una pared – este es el método para entrar en la vía.” O (confunden las palabras) del Sextro Partriarca: “Sin pensar en bueno o malo, en este momento, ¿cuál es vuestra cara original?” Creen que meditar como un tronco podrido o como una gran roca es el principio último. Estas personas confunden su ciudad ilusoria por su preciado palacio, la casa de invitados temporal por su hogar. Esta es la razón detrás del caso del conghan de la anciana que quemó la choza para reprender al monje.

¿Cuál es la manera fácil para estos practicantes avanzados? No ser orgullosos y nunca abandonar la práctica. Su práctica debe ser sin contínua y sin fisura. En medio de esta práctica sútil y sin fisuras tenéis que ser todavía más sutiles; mientras si practica de una manera cautelosa y atenta, debemos ser más cuidadosos. Llegado el momento, el fondo del barril se desprenderá. ¡Si no podéis hacer esto buscad un maestro virtuoso para sacar los clavos del barril y quitar el fondo!

El gran Hanshan de la dinastía Tang escribió una vez:

En el pico de la montaña más alta,

Las cuatro direcciones se expanden al infinito.

Sentado en silencio, nadie lo conoce.

La luna soitaria ilumina el frío manantial.

En el manantial no hay luna.

La luna está alta en el cielo.

Aunque estoy cantando esta canción,

En la canción no hay Chan.

Las primeras dos líneas de esta canción revelan que la apariencia de la naturaleza real no pertenece a nada. El mundo entero está lleno de luminosidad pura y brillante sin obstrucciones. La tercera línea habla de la esencia de la verdadera talidad. Por supuesto, las personas corrientes no pueden comprender esto. Ni siquiera los Budas de los tres periodos saben dónde vivo. Por tanto, nadie puede saber el camino. Las tres líneas que empiezan con: “La luna solitaria ilumina el frío manantial,” es un ejemplo oportuno del nivel de la práctica del Maestro Hanshan. Las últimas dos líneas son mencionadas porque teme que “confundamos la luna con el dedo.” Así pues nos advierte especialmente que las palabras y el lenguaje no son Chan.

Conclusión

He hablado demasiado y he interrumpido vuestra práctica. Estas palabras son como enredaderas (cuanto más se tire de ellas, más se enredan). Cuando se pronuncian palabras, el significado genuino está ausente. Cuando los venerables antiguos recibían a sus alumnos, utilizaban palos con ellos, o bien les reñían. ¡No habían muchas palabras! No obstante, los tiempos actuales no pueden ser comparados con el pasado. Uno no puede más que señalar enérgicamente a la luna. Y aún así, ¿quién es ese que señala? ¿Quién es la luna? ¡Investigad!


Título original: “The Essentials of Chan Practice”, publicado en la revista Chan Magazine en invierno de 2019: https://chancenter.org/cmc/wp-content/uploads/2019/05/ChanM-Winter-2019-web.pdf