Chan en la vida y en la muerte

por el Maestro Sheng Yen

(Charla ofrecida en Manhattan el 11 de noviembre de 2001)*

El tema de esta noche es el asunto de la vida y la muerte desde la perspectiva del Chan. Antes de hablar sobre esto, necesitamos comprender cual es la perspectiva del Chan. En realidad es muy sencillo. Chan trata sobre vivir nuestra vida de una manera feliz y positiva. En Chino, el término Chan significa sabiduría, estabilidad y paz. Con sabiduría, podremos vivir con menos sufrimiento y vejaciones. Con estabilidad y paz podemos vivir sin los constantes aflicciones emocionales y fluctuaciones.

Cuando hablamos del tema de la vida y de la muerte, la mayoría de la gente valora la vida como a la luz, pero no le gusta la muerte. No obstante, desde la perspectiva Chan, vida y muerte son inseparables, son en realidad la misma cosa. En el nivel fenomenal vida y muerte parecen ser dos fenómenos diferentes. No obstante desde la sabiduría Chan, vida y muerte son inseparables de nuestra experiencia en la vida cotidiana.

Ayer hablé con una mujer cuyo marido trabajaba en el piso 106 del Word Trade Center. Él murió en los suceso del 11 de septiembre. Desde la muerte de su marido esta señora ha estado viniendo a nuestro centro Chan muy a menudo. Ayer hablé con ella y le pregunté cómo iban las cosas en su hogar. Ella me dijo que vivía con su suegra. Le pregunté si su suegra sabía que su hijo había muerto.  Ella dijo que parecía que lo sabía, pero que no se lo habían dicho porque le tiene mucho miedo a la muerte, por lo tanto pensaban que era mejor no decírselo. Le pregunté la edad de su suegra, ya tiene 94 años, y ya estaba buscando intensamente un camino hacia la inmortalidad para poder vivir para siempre. Me gustaría preguntarle, ¿lo que esta señora está buscando es algo que podrá encontrar?

¿Es posible encontrar la inmortalidad? Yo creo que la mayoría de vosotros contestarían “No, es imposible vivir para siempre”. Pero también es posible que muy dentro en vuestro corazón, hayáis tenido la esperanza que tal vez si no tuvieséis que morir sería magnífico. Hasta ahora no he encontrado el método. Si lo encuentro lo utilizaré conmigo mismo también.

Desde que la humanidad anda sobre esta tierra con una historia escrita, no hemos encontrado ningún ser humano que no haya muerto. Así pues, desde la perspectiva de un practicante Chan se debe tener la comprensión y la conciencia de que la muerte puede ocurrir en cualquier momento.

Cuando hay vida habrá muerte. Para unas personas la muerta puede llegar antes que para otras, pero nos ocurrirá a todos.

Así que esta noche me gustaría hablar sobre dos temas, uno es el asunto de la vida y la muerta, y el segundo es sobre el Chan y su relación con la vida.

¿Así pues, qué es la vida? La vida es una extensión ilimitada de luz. Piensa en un bebé que nace y vive durante unas horas o unos días y después muere. Para la mayoría de la gente, la vida es el periodo de tiempo que este ser estaba vivo. No obstante este no es enteramente una comprensión correcta de la vida.

La existencia de nuestro cuerpo físico es en realidad la expresión de la función de nuestra vida. Así pues debemos comprender la vida como dos componentes, uno es el del componente físico y el segundo es el componente espiritual. Sin nuestro cuerpo físico, el aspecto espiritual de nuestra vida no tendría manera de cumplir su función de la expresión de si mismo. No obstante el cuerpo físico de esta vida no representa el completo de la vida. El cuerpo físico existe de un periodo a otro, pero el componente espiritual de la vida existe siempre.

Algunos Budistas crean analogías para describir la relación entre los aspectos espirituales y físico de la vida. Estas analogías son interesantes y pueden parecer tener sentido, pero no son completamente correctas. Una de estas analogías, presentan los aspectos espirituales y físicos como viajeros. El viajero va y viene, toma el autobús, conduce un coche y se aloja en hoteles con diferentes tipos de comodidades. El viajero es el aspecto espiritual, y el coche o el hotel dónde se aloja este viajero durante un periodo de tiempo es el aspecto físico.

La idea es que este hotel y el coche son tangibles, aspectos visibles de la vida que existen solo temporalmente, mientras que el aspecto espiritual de la vida es invisible, intangible y siempre está ahí.

Otra analogía es que el aspecto físico de la vida es como la ropa que uno se pone. La ropa envejece y se ensucia así que nos la quitamos y tomamos ropa nueva. El cuerpo que viste esta ropa sigue siendo el mismo cuerpo. Así que la idea es que la vida espiritual es continúa y eterna, siendo invisible e intangible, y el aspecto físico de la vida es visible y tangible y existe durante un periodo de tiempo solamente.

Estas analogías ilustran como el aspecto físico de la vida es una especie de manifestación de diferentes estadios de la vida espiritual.

También podéis haber oído que en el Budismo Tibetano existe la creencia de la reencarnación, pudiendo haber oído que el Dalailama actual es la reencarnación 14. Otro tulku (Reencarnación reconocida) se cree que es la reencarnación 17. Así pues la idea es que parece ser la misma persona con su cuerpo número 14 o 17.

Una vez encontré a un Rinpoché Tibetano y le pregunté, “¿Así que Ud es un Rinpoché reencarnado?”

Y el dijo, “Si, todos somos un persona reencarnada.”

Le pregunté: “¿Así que yo soy la reencarnación de alguien?”

Y el dijo: “Si, claro que Ud. lo es también. Ud. es probablemente la reencarnación de un gran practicante de antaño.”

Ahora, me gustaría preguntaros, ¿Creéis que sois la reencarnación de alguien anterior? Eso creo, probablemente. Solo que la última vez teníais un nombre diferente al de ahora, y nadie puede verificar quiçen sois, así nadie puede decir que sois la reencarnación de tal o tal persona. Esta el la idea de la reencarnación; nuestra reencarnación en la vida presente puede estar basada en nuestro karma o en nuestro poder del voto.

La diferencia entre los dos es que si uno está reencarnado en base al karma, nuestra encarnación no es libre, no tenemos elección. Mientras si nuestra encarnación está basada en el poder del voto entonces somos libres de escoger y tenemos control.

Así pues hay una pregunta, si estáis reencarnados en base al poder de vuestro voto, ¿significa esto que la persona que sois en esta vida es exactamente la persona que erais en la vida pasada?, ¿son las dos exactamente la misma? No, no son exactamente la misma.

Le pregunté a un Rinpoché Tibetano: “Su santidad el Dalailama puesto que se ha reencarnado ya 14 veces, es la misma persona que fue 14 vidas antes?”

El Rinpoché contestó: “No. No son la misma persona, en realidad las 14 vidas, son 14 personas diferentes.”

Le pregunté: “Hay algún cambio desde la primera encarnación hasta la reencarnación 14 del Dalailama?”

El Rinpoché contestó: “Han habido cambios desde la primera vida hasta la catorceava, Lo que ha cambiado es la sabiduría y el mérito de esta persona.”

Así pues desde su primera vida hasta la catorceava encarnación la sabiduría y el mérito del Dalailama han estado cambiando y aumentando.

Por lo que respecta a todo el mundo, de reencarnación en reencarnación ocurre lo mismo, su sabiduría y mérito cambian.

No obstante, la diferencia es: Si se practica, la sabiduría y el mérito crecen. Si no se practica la sabiduría y mérito pueden cambiar en el sentido contrario, disminuyendo.

Anteriormente mencioné que la vida es una extensión de luminosidad sin límites. Esto es porque si se practica y se hace buen uso de cada vida de que uno dispone, se añadirá luminosidad a esta vida, convirtiéndose en una extensión sin límites. Lo que queremos decir por  hacer buen uso de nuestra vida es hacer cosas que pueden beneficiar a uno mismo y a los demás.

Así cada periodo de nuestra vida se asemeja a una pieza de ropa o a la casa que uno tiene. Cuando uno está en posesión de una casa o de una pieza de ropa, tiene mucho cuidado de ello para que pueda realizar su función correctamente. Por supuesto que aunque uno cuide su casa o su pieza de ropa, estas se envejecerán y al final se deteriorarán. Pero cuidando de esta casa y de esta ropa, podrán realizar su función de la mejor manera. En el proceso de cuidar, cada uno añade luminosidad de vida. Si se puede hacer esto vida tras vida, se estará incrementando esta ilimitada luminosidad de la vida. Me gustaría que considerarais esto: Cada uno viene a este mundo con una misión, y una vez que esta misión está cumplida la persona se irá.

Recientemente, estando en Taiwan, tuvieron lugar bastantes desastres naturales serios ahí, algunas inundaciones. Estuve en una zona donde murieron bastantes personas. Los familiares de las víctimas sufrieron grandemente por la pérdida de los miembros de su familia, y eran incapaces de aceptar la realidad de la muerte. Bastantes personas me preguntaron: “Maestro, en nuestra familia, nadie hace cosas malas, ¿porque tenemos que sufrir tales castigos?”. Hay mucha gente peor que los miembros de mi familia, (¿Porque tienen que morir mis familiares y esas otras personas no mueren?) y hay personas que son mucho mayores y han sobrevivido, y todavía viven, ¿Porque mis familiares tienen que morir tan jóvenes?”.

Fui bombardeado con todas estas preguntas. Su pensamiento era este: Es un error que alguien tan viejo como yo esté todavía vivo, y es también un error para el miembro de la familia de morir en el desastre. Por supuesto eso no es lo que realmentequeríaa decir. La verdad es que estaban sufriendo a causa de su desequilibrio psicológico.

Hay una estudiante mío que ha estado practicando en muchos retiros de siete días. Hace cuatro años su hijo de 20 años salió para comprar pan por la mañana. Justo después de salir de su casa fue atropellado por un coche. Para esta mujer era muy difícil aceptar esta realidad. Sencillamente no pudo enfrentarse al hecho de que solo un momento antes su hijo estaba bien y un momento después estaba muerto. Durante unos años esta mujer estuvo viniendo a los retiros de meditación de siete días, y cada vez que venía me preguntaba: “Maestro¿dónde está mi hijo?”. Cada vez que me preguntaba esto le daba la misma respuesta: “Cada uno viene a esa vida con una misión y una vez que esta misión se ha cumplido esta persona se va. Aunque no queramos dejala ir, es imposible retenerla a nuestro lado. Ya que la próxima misión en la próxima fase de vida le está esperando, así tiene que irse para cumplir la próxima misión. Él se ha ido ya a su próxima vida, mejor deberías darle tu bendición en vez de sufrir tanto.”

Algunas personas pueden decir que les gustaría verle, para ver cómo está. Puesta que esta persona se haya ido a su próximo estadio de vida no es fácil llamar a esta persona para que vuelva y se encuentre contigo y tal vez no quiera encontrarle en ese momento. A pesar de todo, después de más de tres años de practicar la meditación, esta mujer ya tiene alguna experiencia y ha obtenido una comprensión más profunda de la naturaleza de su cuerpo y de su mente. Ha empezado a comprender que la vida y la muerte están separadas solamente por una línea muy, muy fina.

Ella también comprende que si su hijo muerto está todavía alrededor, y hay alguna conexión, podrá sentir su presencia. No obstante si ya no puede sentir su presencia, es sencillamente que ya se ha ido a un reino diferente y por tanto ya no se puede comunicar, y no hay razón para estar tan apegada. Así que después de más de tres años de práctica empieza a entender y está dispuesta a dejar ir. Ya no me pregunta una vez y otra: ”¿Dónde está mi hijo?”.

Es como si estuviéramos viajando en el mismo autobús pero su hijo se baja del autobús y sube a otro. Aunque quiera ver dónde está o comunicarse con él, no es tan fácil, puesto que esta viajando en otro autobús. No es razonable esperar poder seguir llamando a esta persona: “No te vayas, quédate por aquí”. Si puedes aplicar este concepto y actitud para comprender la separación entre los vivos y los muertos será más fácil gestionar estos asuntos durante la vida. Por supuesto cuando esto ocurre, cuando tenemos que separarnos de nuestros seres queridos ya sean vivos o muertos, no es fácil aceptarlo al momento. Pero con la práctica del Chan y la aplicación de los conceptos correctos seremos más capaces de aceptar lo que ocurre.

Me gustaría haceros otra pregunta: Habéis pensado porque habéis acabado en esta habitación escuchando mi charla? ¿Cómo estamos relacionados unos con otros para que vengáis a escuchar a esta charla? Permitidme que os diga que tenemos una conexión, no solo de la cita de hoy, tenemos una conexión muy anterior. Así que hemos estado conectados de alguna manera desde hace mucho tiempo, solo que lo hemos olvidado. Pero nuestra conexión os ha traído a esta habitación a escuchar esta charla esta noche.

Hace más de 50 años había un hombre que vivía en la China continental, pero a causa de la guerra tuvo que irse, y en esa época la separación de la familia podría significar que podría no verse nunca más en esta vida. Podéis imaginaros que triste fue esta separación. Pero unos años después volvió a su familia otra vez de forma totalmente accidental. Estas cosas ocurren, aunque por supuesto no muy a menudo. Yo experimenté algo parecido. Cuando estaba sobre mis 30 años acepté un discípulo para que tomara refugio conmigo, y no lo volví a ver otra vez hasta 20 y tantos años después aquí en el metro de Nueva York. Tropezamos el uno con el otro pero y no le reconocí ya que tenía un aspecto muy diferente después de 20 años. Pero como soy un monje yo tenía el mismo aspecto y esta persona me reconoció al instante y venía hacia mi diciendo: “Maestro, estoy tan contento de verle otra vez aquí.” Yo pensé para mi: “¿Quién es esta persona, por qué me llama Maestro?” En realidad es lo mismo para nosotros aquí, podéis pensar que en realidad no me conocéis que no nos hemos visto antes. No obstante las personas que tienen conexión entre ellas, por muchos cambios que sufran, como un nombre diferente, una apariencia diferente, tal vez muy diferentes circunstancias, diferente lugar. Las personas con conexión entre ella se volverán a encontrar.

Hace seis años di una charla en un teatro, y dos de las personas que estaban en charla aquel día están aquí esta noche. Uno de ellos es Lindley, quien ha organizado este evento. Lo que ocurrió es que fué a aquella charla y desde entonces ha venido siguiéndome. Por lo tanto yo creo que hemos tenido una profunda conexión desde antes, de otra forma ¿por qué habría venido ella a mi charla y seguirme desde entonces?. Hay otra persona que estuvo en aquella charla que está aquí esta noche, y también hay una tercera persona. Así que no es que estuvierais locos aquel año, para que un día, sin conocernos decidierais que querríais seguirme. Debe ser que ya teníamos una profunda conexión desde antes y las causas y condiciones son tales que nos encontramos otra vez ahora.

A pesar de la separación mientras estamos vivos, o entre los vivos o entre los muertos, incluso con esta separación nos volveremos a ver, tal vez en este mundo o bien en otros mundos. Es como si esa persona se bajara de un autobús y se subiera en otro para ir a trabajar, y tal vez de después de trabajar durante un tiempo esta persona se toma unas vacaciones y vuelve aquí otra vez. Si uno puede usar esta perspectiva para mirar la vida y la muerte no sufrirá tanto.

A continuación me gustaría hablar sobre cómo las experiencias desde la práctica del Chan puede mostrarnos que la vida y la muerte son en realidad dos aspectos de la misma cosa. A través de la práctica Chan uno es capaz de experimentar y comprender de primera mano que el fenómeno físico del cuerpo, así como nuestro estado mental sufren cambios constantes, apareciendo y desapareciendo constantemente.

A causa de esto uno es capaz de comprender la realidad de la impermanencia de nuestro cuerpo físico y mental. No comprendemos la impermanencia porque no aceptamos lo suficientemente ver realmente este continuo aparecer y desaparecer, estos cambios constantes en nuestro cuerpo físico y en nuestra mente. Pero una vez que podemos hacerlo a través de la práctica del Chan, podemos aceptar la realidad de la impermanencia. Si aplicamos el método de la meditación sentados para continuar esta experiencia en Chan, iremos a través de tres estadios. El primer estadio implica la relajación del cuerpo y de la mente y al relajarnos, el peso del cuerpo así como el de la mente disminuye. Como resultado, nuestro apego al cuerpo y a la mente disminuye también. Cuando el cuerpo y la mente están unificados, el peso del cuerpo y de la mente desaparecen hasta el punto de experimentar este confortable y alegre estado de felicidad.

Una vez que hemos tenido este estado de felicidad de la mente y el cuerpo unificados, nos podemos encontrar deseando volver a este estado de felicidad, ya que en nuestra vida cotidiana a menudo experimentamos obstáculos y cargas mentales y  físicas, de modo que siempre queremos volver a este estado de felicidad.

En este punto estamos en el estadio en el que podemos ver el valor de abandonar el apego al cuerpo físico. No obstante, debemos continuar la práctica hacia el nuevo estadio, donde abandonamos también a este estado de felicidad de la mente y el cuerpo unificado. En este estadio seremos capaces de volver a la vida cotidiana sin sentir ni aversión ni apego al cuerpo físico. La manera en la que vamos a ver nuestro cuerpo físico es: “Bien, ahora que tengo este cuerpo físico, está bien, lo aprecio y hago uso de él, pero cuando este cuerpo físico tenga que irse tampoco estaré triste”.

Por supuesto que se precisa tiempo en nuestra práctica para alcanzar este estadio. Aparentemente no podemos sencillamente empezar pensando: “Oh caramba, la práctica del Chan es tan buena que pueda llegar a este estadio directamente”. Probablemente es imposible que esto ocurra, así que esto necesita tiempo. Pero antes a llegar a este estadio de sentir esta ligereza de cuerpo y mente o sentirse liberado del cuerpo y de la mente, ¿Es útil la meditación sentado”?. Sigue siendo útil, porque enfrentarnos al peligro de la muerte, con la práctica de la meditación nuestra mente se mantiene estable clara y en paz. Como mencioné al principio de la charla, el Chan trata de vivir una vida con sabiduría y paz. Ahora me gustaría introducir otro ejemplo; en realidad esta persona está también aquí sentada arás. Su práctica de la meditación todavía no es muy buena, pero ya ha sido muy útil para ella. En la mañana del 11 de septiembre, Ann estaba practicando la meditación sentada antes de ir al trabajo. Cuando terminó de meditar, tomó tres decisiones interesantes: Habitualmente lleva lentes de contacto, pero en aquel momento decidió llevar gafas. También decidió ir al trabajo con pantalones, y en lugar de llevar tacones altos decidió llevar zapatos con tacones bajos. Entonces fué al trabajo en un edificio cercano al World Trade Center. Cuando ocurrió el ataque terrorista al World Trade Center, en aquél momento no fue presa del pánico. Sencillamente escapó del edificio y puesto que no llevaba sus lentes de contacto, el polvo no le afectó tanto. De otra forma hubiera sido muy peligroso para ella y no hubiera podido ver nada en absoluto porque cuando salía de aquel área estaba completamente cubierta de polvo. A demás si hubiera llevado tacones altos o una falda no hubiera podido escapar tan rápido. Así que para ella practicar la meditación sentada fue muy útil aquel día. Bien, me gustaría invitarla a ponerse de pie para poder darla nuestras bendiciones, estamos felices por ella. Así que Ann asegúrate de practicar la meditación sentada más a menudo.

Con la práctica del Can, cuando encontramos un peligro, podemos disminuir el daño. Porque cuando ocurre una situación peligrosa nuestra mente permanece en un estado de calma y clara, de manera que podemos saber que hacer más claramente. Incluso cuando la situación es tal que uno descubre que no se puede escapar de la muerte no entra en pánico. En lugar de esto uno comprende que: “Oh este es el momento para mi de bajarme de este autobús, y ahí hay otro autobús que he de coger”.

Ahora me gustaría ofreceros este mantra. Este mantra consiste en cuatro líneas y está basado en las experiencias de la práctica del Chan así como en los conceptos Chan, y es muy útil cuando uno se enfrenta y encuentra situaciones peligrosas, incluida la muerte propia o la de otras personas en nuestro alrededor. Estas son las cuatro líneas.

Enfréntate a ello

acéptalo

gestiónalo

abandónalo

Cualquier cosa que haya ocurrido, se ha gestionado la situación utilizando la sabiduría y todos los recursos que podemos movilizar, así como las propias capacidades.

Se pueda o no gestionar el asunto completamente, ya no se sufre por lo que ha ocurrido. Si se puede gestionar completamente, ya está hecho. Si no se gestiona completamente, abandónalo de manera que no sufras más a causa de ello. Si no lo abandonas entonces causarás más sufrimiento a ti mismo.

Esto es como ser alcanzado por una flecha, lo más importante es sacar la flecha y neutralizar el veneno que ha entrado en el cuerpo. Pero si fueras tan ignorante como para no abandonarlo, esto sería igual a clavarse otra flecha.

Recientemente un psiquiatra encontró este mantra de cuatro líneas, y le pareció que el mantea era muy útil. Así que lo utilizó el mismo y se lo dio a sus pacientes para que lo usaran. ¿Recordáis cómo es la primera línea? (El Maestro hace que la audiencia repita el mantra).

Ahora tenemos unos 20 minutos, y si tenéis preguntas sobre el tema del a vida y la muerte podéis plantear preguntas,  pero me gustaría limitar las preguntas al tema de la vida y la muerte.

Pregunta: Tengo una pregunta sobre los monjes vietnamitas que se suicidaron durante la guerra del Vietnam quemándose, como una forma de protesta, pero yo sé que el suicidio se supone que no está permitido. Me pregunto si están tomando ese carma sobre si mismos, ¿cual es la posición Budista de cómo funciona esto?.

Respuesta:  Desde la perspectiva Budista, ya sea un monje o no, quitarse la vida no está de acuerdo con la teoría budista. Es incorrecto quitarse la vida. Cuando miramos a lo que ocurrió en la guerra del Vietnam entre los monjes budistas y el efecto tuvo tanto para el Vietnam como para el Budismo, podemos probablemente decir que el efecto fue altamente negativo. La gente Chan sentió que quemarse a si mismo en protesta es probablemente una acción nacida de la ignorancia.

Pregunta: Durante la charla Ud. explicó que el cuerpo físico tiene una misión, ¿tal vez el monje vietnamita terminó su misión?. Todos vivimos esta vida con un propósito, pero no sabemos cual es este propósito hasta después, ¿tal vez fue esta la razón de vivir para el?.

Respuesta: Tal vez podemos también interpretar el hecho de esta manera. Algunas personas interpretan que este Bodisvata vino a salvar al Vietnam en ese momento. Desde mi propia comprensión del Budismo estoy de acuerdo.

Pregunta: He intentado comprender durante algún tiempo la reencarnación. Si no hay yo, ¿entonces qué es en realidad lo que se reencarna de una vida a otra?.  

Respuesta: Es importante que no malinterpretemos la noción de que no hay yo. En la práctica lo que intentamos hacer es liberarnos del yo de la vejación, del yo del sufrimiento, del yo de las aflicciones emocionales. No obstante, hay un yo de sabiduría y de compasión. Este voto de gran compasión está ahí. Si ni siquiera el yo de la sabiduría o yo de la gran compasión está ahí entonces ni siquiera hay un Buda.

Pregunta: ¿Qué es Nirvana?

Respuesta: Nirvana es liberación. Hay dos formas de Nirvana. El primero es la idea de que uno ha escapado del ciclo de la vida y de la muerte, que uno no vuelve más a esta existencia en este reino. Esta es la noción de nirvana en el Budismo Hinayana. En el Budismo Mahayana la noción de nirvana se refiere a la liberación del miedo a la vida y la muerte y del apego a la vida y la muerte. Así que se transciende el miedo y el apego a la vida y la muerte, y cuando hay seres sintientes que necesiten que volvamos a este reino de vida y de muerte, entonces volvemos. Cuando no hay necesidad de los seres sintientes entonces no vinimos. De manera que se es libre en este Nirvana.

Pregunta: ¿En este mundo saha (El mundo que debe ser soportado) si eres una buena persona, estás menos tiempo y si eres una mala persona estás más tiempo?

Respuesta: En el concepto budista del sufrimiento, este se refiere mayoritariamente al sufrimiento de la vida y la muerte. Y en esta vida cotidiana, la mayoría de la gente no cree que la vida es sufrimiento. Mucha gente cree que en realidad la vida es divertida. Algunos incluso pueden pensar que lo que se supone lo que es sufrimiento puede disfrutarse. Así que es imposible para nosotros encontrar un criterio objetivo para medir lo que es sufrimiento. Hay personas que viven en unas condiciones de gran privación material, pero viven de forma que tiene mucho sentido. ¿Diríamos que esta persona está sufriendo, o no está sufriendo?. Así que es imposible para nosotros utilizar ideas objetivas materiales para medir el sufrimiento aquí con el vasto asunto de la vida y la muerte.


Título original: “Chan in Life-and-death”, publicado en la revista Chan Magazine en otoño de 2013: https://www.chancenter.org/cmc/wp-content/uploads/2013/07/2013Autumn.pdf