Sobre la Conciencia del Nacimiento y de la Muerte
Por el Maestro Chan Sheng Yen
En 1993 el Maestro Sheng Yen empezó una serie de comentarios sobre cartas seleccionadas, escritas por el Maestro Tajuei Zonggao (1089–1163) a sus discípulos. En una carta al discípulo laico Luo Mong Pi, Tajuei habla sobre la conciencia del nacimiento y de la muerte como marca distintiva de un practicante Chan que enfrenta el embate diario de los fenómenos desde el punto de vista de la captación por la mente del principio, o “verdad interior”. El consejo de Tajuei todavía resuena hoy día como un sabio consejo durante los momentos en que podemos preguntar: “¿Cómo nos confiere poder la conciencia del nacimiento y la muerte para tratar con un mundo en convulsión y caos, mientras nos libramos de nuestras vejaciones?” (Charla ofrecida en el Chan Meditation Center, el 4 de noviembre de 1993, traducida por Ming Yee Wang, transcrita por Bruce Rickenbacher y editada por Ernest Heau.)
Hoy voy a comentar un pasaje clave de una carta del Maestro Tajuei Zonggao en respuesta al laico Luo Mong Pi.
Siendo consciente del asunto del nacimiento y de la muerte, tú técnica mental ya es correcta. Una vez que la técnica mental es correcta no necesitas esforzarte para aclarar tú mente, cuando respondes a las circunstancias en tus actividades diarias. Cuando no intentas aclarar tú mente, no te equivocarás. Puesto que no te equivocas, sólo queda la conciencia correcta. Cuando sólamente la conciencia correcta persiste, la verdad interior se adapta a los fenómenos. Cuando la verdad interior se adapta a los sucesos y a las cosas, estos se funden con la verdad interior. Cuando los fenómenos se funden con la verdad interior, se ahorra poder. Cuando sientes los ahorros, esta es la ganancia del poder de estudiar el camino. Al ganar poder ahorras un poder ilimitado. Al ahorrar poder, obtienes un poder ilimitado.
En su carta a Luo Mong Pi, cuando Tajuei se refiere a “el asunto de nacimiento y muerte”, no está sólamente hablando de nuestro nacimiento y muerte en el transcurso de una vida dada; también está hablando sobre continuar nuestro ciclo de nacimiento y muerte hasta que todas nuestras vejaciones hayan terminado. Así pues, si el ciclo de nacimiento y muerte continúa y si no somos nuestros propios dueños, nos crearemos problemas a nosotros mismos y a los demás. Por lo tanto, cómo practicantes debemos ser conscientes que hasta que erradiquemos las vejaciones y alcancemos la gran iluminación, no habremos acabado con el asunto del nacimiento y muerte.
Cuando los fenómenos se funden con la verdad interior,
ahorramos poder. Cuando sentimos el ahorro (de poder),
esto es el incremento de poder por estudiar la vía.
Aquí, incremento del poder significa beneficiarse de nuestra práctica. La premisa es que si somos constantemente conscientes del nacimiento y muerte en el sentido que he explicado, entonces todas las condiciones diferentes del pasaje siguen. Finalmente llegamos al punto donde “los fenómenos se funden con la verdad interior”. En este punto podemos ahorrar poder y así obtener el beneficio de la práctica; ahorrando poder, obtenemos poder ilimitado.
La gente corriente ni siquiera es consciente de sus propias vejaciones. Como resultado ocupan sus mentes con ideas y esquemas que en primer lugar les beneficia a ellos mismos. Tajuei llama a esto una técnica mental incorrecta. Alguien que quiera hacer del mundo un lugar mejor también está ocupado con ideas, pero tales ideas no serán consideradas técnicas mentales incorrectas. Así que una técnica mental puede estar autocentrada o puede ser benevolente.
El Maestro Chan Linji Yixuan (866 d.c.) dijo que buscar y rechazar pertenecen al reino del nacimiento y muerte. En otras palabras, si buscas la iluminación o rechazas las vejaciones, tales deseos todavía están en el reino del nacimiento y muerte. Pero siendo siempre conscientes del nacimiento y muerte habremos dejado atrás las acciones de nacimiento y muerte. En este estadio, no es posible que tengamos todavía una técnica mental incorrecta. Si somos siempre conscientes de no buscar y no rechazar, lo cual es causa de vejaciones, finalmente resolveremos el asunto de la vida y muerte; es lo mismo que mantener el gran asunto del nacimiento y muerte en nuestra mente.
Una persona que todavía no está iluminada, pero que tiene esta conciencia sabrá que las vejaciones son parte de las actividades del nacimiento y la muerte y las evitará. Si comprendes lo que he dicho hasta ahora, comprenderás lo que Tajuei quiere decir, cuando dice:
Cuando la técnica mental es correcta, no necesitas
hacer esfuerzo para aclarar tú mente
al responder a las circunstancias
en tus actividades cotidianas.
La idea es que si hacemos un esfuerzo deliberado para descartar las vejaciones, esto en sí mismo es vejación. Por ejemplo, alguien que es criticado puede pensar “¿Qué puedo hacer para combatir esto? Pero si somos siempre conscientes del nacimiento y muerte, no será necesario combatirlo cuando seamos criticados. O, alguien puede pensar: “¿Cómo es que fulano está tan bien y yo soy tan pobre?” Pero si tenemos una verdadera conciencia, no tenemos por qué salir con este tipo de ideas, pensamientos y maniobras.
Esto no significa que tenemos sencillamente que aceptar cualquier cosa que nos pase. Algunas situaciones se resuelven por sí mismas, sin nuestra intervención. No obstante, hay veces en las que tenemos que implicarnos en una situación, pero nuestra mente no debe sufrir vejación; simplemente debe tener una actitud de tratar con la situación. Si nos dejamos enredar en un problema, entonces sufriremos vejaciones. Pero si podemos sencillamente tratar con él objetivamente, cómo si no tuviera nada que ver con nosotros, no hay necesidad de sufrir vejaciones. No es que intentemos deshacernos de las vejaciones, sino que para empezar ya no hay vejaciones.
Cuando no intentas activamente aclarar tú propia mente,
entonces no te equivocas.
Aquí, “no te equivocas” realmente significa que no hay nada que sea inherentemente malo o impropio. Si intentamos rechazar algunas cosas es porque las vemos como algo malo, pero si en nuestra mente no hay necesidad de liberarse de nada; entonces para nosotros no hay discriminación entre recto e incorrecto, bueno o malo. Así pues, cuando no discriminamos entre bueno y malo y todo lo que queda es una conciencia correcta, entonces nuestra mente está mucho más viva, libre e ilimitada.
¿Qué es conciencia correcta? Conciencia correcta significa estar en consonancia con cualquier situación en la que nos podamos encontrar. No necesitamos intentar una segunda mirada o discriminar. Por ejemplo, si mientras hablamos con alguien sospechamos que no está diciendo la verdad, este pensamiento añadido no es conciencia correcta, incluso si en realidad estuviera mintiendo. Si sencillamente estamos atentos a lo que está diciendo, sin permitirnos sospechar esto sería conciencia correcta.
Cuando estamos en situaciones en la vida con las que tenemos que tratar, cuando tenemos una conciencia correcta, las resolvemos no con vejaciones ni con ira, odio o sospecha, sino simplemente de una forma objetiva que es apropiada y necesaria. Así que, esto también es considerado como conciencia correcta.
Cuando sólamente está la conciencia correcta,
la verdad interior se adapta a los fenómenos.
Aquí, es mejor comprender “verdad interior” como significando “principio”, refiriéndose a aquello que no cambia. “Verdad interior” sugiere una dicotomía con “verdad exterior” y en Budismo no existe tal distinción. Más bien, los fenómenos que vemos son parte de una verdad no-cambiante y esto es lo que quiero decir con principio. En otras palabras, cuando tenemos conciencia correcta, aunque experimentemos sucesos y cosas como constantemente cambiantes, somos conscientes del principio no-cambiante subyacente a los fenómenos. Así la naturaleza cambiante de los sucesos no nos causará vejaciones. Así, incluso en una situación difícil, cuando nos establecemos en la conciencia correcta, podemos ver el principio no-cambiante en lo cambiante y no seremos sorprendidos.
Cuando la verdad interior se adapta a los sucesos y a las cosas,
los sucesos y las cosas se funden con la verdad interior.
Otra vez debemos leer “verdad interior” como refiriéndose al principio no-cambiante que se adapta a los sucesos cambiantes. En este punto el principio y los fenómenos se funden completamente. Si utilizamos aquí la frase de Tajuei, el principio y los fenómenos se funden mutuamente. Ahora aparece esta pregunta: ¿Podemos también decir que los fenómenos se funden entre sí? Parecería cómo si no pudiéramos observar ninguna diferencia. Podríamos decir que comerse una comida es lo mismo que no comerse una comida. También podemos decir que son diferentes, pero están conectadas. Se pueden fundir la una con la otra, pero no son lo mismo. Utilizando otra analogía, todas las olas en el océano, esta ola, aquella ola, todas están hechas de agua. En este sentido son lo mismo y se funden unas a otras. Pero desde la perspectiva del espacio y del tiempo, una ola es diferente de otra. No son idénticas en todos los aspectos.
Por la misma razón, el dinero en mí portamonedas no es vuestro y el dinero en vuestro bolsillo no es mío. Así pues, no debemos dejarnos atrapar en la idea de que, puesto que todos los fenómenos se funden unos a otros, no deberíamos ser capaces de percibir ninguna diferencia. Esto no sería una correcta forma de pensar, así que todo lo que encontramos en la vida cotidiana será considerado como sucesos y cosas. Estos son los fenómenos cambiantes. Si estamos en este punto, entonces cualquier fenómeno cambiante que encontremos, también veremos en él el principio no-cambiante. En este caso, cuando los fenómenos en la forma de sucesos y objetos y el principio como verdad interior se han interpenetrado completamente, entonces no hay nada más que hacer para nosotros; no hay necesidad de buscar o rechazar nada.
Y este es el significado de ahorrar energía, de tener energía, porque en este punto ya hemos eliminado todo el peso de nuestra mente. No tenemos ningún peso psicológico. Esto no significa que desde este momento en adelante no tengamos que comer o vestirnos, o no necesitemos unos medios de vida. Esos tienen que ver con nuestra vida cotidiana. Pero este “poder ahorrado“ se refiere al estado mental cuando no hay ningún peso en nuestra mente. Cuando llegamos a este punto en nuestra práctica de fundir los fenómenos y el principio, entonces estamos ahorrando energía. También es en este punto cuando alcanzamos el beneficio de practicar el Dharma del Chan.
Esta idea de ahorrar energía es importante en nuestra práctica. Puede ser usado en nuestra vida cotidiana, especialmente cuando practicamos con diligencia. Esta actitud de ahorrar energía es muy importante cuando se practica el método huatou, donde contínuamente planteamos una pregunta que parece sin solución. Así pues, economizando energía, obtenemos el poder de la sabiduría y también obtenemos el poder de la liberación.
Estudiante: ¿Es la vacuidad el principio que no cambia?
Maestro Sheng Yen: Sí, lo puedes entender así. Pruébalo. Así pues, lo has entendido o no? Cáptalo. Intenta captarlo.
Estudiante: ¿Es esto también la unicidad?
Maestro Sheng Yen: No es ni uno ni muchos y es literalmente no dual. Hablar de unicidad o ser unitario es confundirlo. Hablar de dos o muchos es también un error. Hablar de este principio que no cambia como vacuidad, sí, puedes entenderlo de esta manera. Pero si te aferras a esta vacuidad, entonces esto también es incorrecto. La verdadera vacuidad no está separada de la existencia.
Estudiante: ¿Qué es la conciencia correcta en esta situación?
Maestro Sheng Yen: La conciencia correcta está muy viva y libre de vejaciones. No es que no tengas ningún pensamiento; más bien, en cualquier situación en que nos encontremos, no intentamos un segundo pensamiento. No lo afrontamos con todo tipo de pensamientos que terminan causando perplejidad.
Título original: “On Mindfulness of Birth and Death”, publicado en la revista Chan Magazine en verano de 2020: https://chancenter.org/download/Chan-Magazine/ChanM-Summer-2020-web.pdf